La habitación era enorme y con un baño excelente. El entorno rodeado de montañas es impresionante.

me sentí como si estuviera visitando a la familia, no tengo ninguna queja en absoluto

en mi reciente estancia en azpeitia, larranaga superó mis expectativas. la habitación era enorme, con una decoración encantadora y un baño impecable. el desayuno fue espectacular, lleno de bizcochos caseros y un menú variado en el restaurante.

faltaban mosquiteras en las ventanas.

El desayuno fue espectacular, lleno de bizcochos caseros.

Aunque la habitación era amplia, me decepcionó un poco el entorno, ya que se puede ver un pabellón industrial que afea un poco el paisaje natural. Además, aunque los muros mitigan el calor, echaba de menos un ventilador en días calurosos, lo que afectó mi descanso. A pesar de la amabilidad del personal, encontré que la atención podía mejorar, ya que a veces parecía falta de coordinación.

El desayuno estuvo lleno de bizcochos caseros.

La habitación era enorme y muy cómoda, y el desayuno era realmente increíble con opciones frescas y tartas caseras que no te puedes perder. disfruté de un rato en la terraza al sol y en el salón de descanso, son perfectos para relajarse. Solo me habría gustado más variedad en algunas comodidades de la habitación, pero eso no opacó mi buena experiencia, así que lo recomiendo sin dudarlo. 😊

Wifi gratuito y buena comida, pero el aparcamiento es algo complicado por las noches.

la cálida atención de oliva y carmen hace que hotel larranaga sea como estar en casa, ideal para disfrutar del desayuno casero impresionante

La atención de Carmen y su familia te hace sentir como en casa. El desayuno es simplemente espectacular, con tartas caseras que no te puedes perder.

La pasamos increíble, habitación amplia y acogedora. La atención de los chicos fue de lujo, siempre sonriendo y pendientes de nosotros. El desayuno, una delicia, con un montón de opciones frescas. Muy recomendado para cualquier plan en pareja.

experiencia agradable con detalles a mejorar

La atención del personal fue excepcional. Noté especialmente la amabilidad de Asun, quien se aseguró de que tuviéramos todo lo que necesitábamos durante nuestras cenas. Además, el desayuno fue un punto alto, lleno de opciones frescas y bizcochos caseros que realmente alegraron nuestras mañanas.

Sin embargo, el entorno no es el más atractivo, ya que hay un pabellón industrial que puede afectar la vista.

La habitación era enorme, con una decoración preciosa y una terraza que añade un buen toque. Además, la zona común parecía una casa de película con mesas de billar y juegos, creando un ambiente realmente acogedor.

Aunque el entorno tiene su encanto, una fábrica de madera enfrente puede no ser del gusto de todos. Lo mismo aplica a los días calurosos, donde un ventilador en la habitación hubiera sido bienvenido para mejorar la comodidad, aunque los muros ayudan a mitigar el calor.

Instalaciones acogedoras y una decoración exquisita. La atención del personal es destacable, especialmente de María, quien te hace sentir como en casa. El restaurante ofrece deliciosos platos, aunque el entorno exterior no es el más bonito debido a un pabellón industrial cercano. Durante mi estancia, noté que los días calurosos se puede echar en falta un ventilador en la habitación para mayor comodidad. A pesar de esto, la experiencia fue muy agradable y sin duda sería un lugar recomendable para regresar.

un caserío mágico con encanto auténtico

decoración eclectica, ambiente acogedor

ruido ocasional

La verdad es que la experiencia en Larrañaga fue bastante buena. La habitación doble que elegimos era amplia, con una terraza grande que ofrecía buenas vistas y un baño muy limpio y bien decorado. Disfrutamos muchísimo del desayuno, que tenía una variedad increíble de opciones y unas tartas caseras que estaban de rechupete. La amabilidad del personal, especialmente de Olatz, hizo que todo fuera más agradable. se notaba que estaban pendientes de que no nos faltara nada. Sin embargo, el entorno no es el más encantador ya que hay un pabellón industrial vecino que disminuye un poco el atractivo visual del paisaje. Además, durante las noches más cálidas, se echaba en falta un ventilador en la habitación, lo que afectaba el descanso. A pesar de esto, definitivamente repetiría la experiencia porque la calidad del servicio y de la comida fue excelente.

El ambiente del hotel era cálido y acogedor, con decoraciones encantadoras y amplias áreas comunes, lo que permitió una experiencia cómoda y agradable para mí y mis amigos durante nuestra estancia.

Me hubiera gustado un ventilador en la habitación.